Sudáfrica dispone de una de las legislaciones más progresistas del mundo y permite el matrimonio homosexual. Pero una cosa es ser homosexual en los barrios ricos o de clase media de las ciudades y otra bien distinta es serlo en los guetos de la periferia de las ciudades. “Estamos asistiendo a un retorno a la sociedad tradicional patriarcal, algo que se da en todas las sociedades postcoloniales”, explica Vanessa Ludwig, directora de la ONG Triangle, “la violencia contra la mujer va en aumento en general y contra las lesbianas en particular porque ellas son un desafío tajante a esa nueva masculinidad, patriarcal, de control de la mujer”.
Ludwig explica que su asociación recibe diez denuncias al mes por parte de lesbianas que han sido discriminadas, “pero la violencia contra la mujer es tal que a veces se hace difícil saber si la causa de la agresión es la orientación sexual o por ser mujer”. De acuerdo con un reciente estudio de Action Aid, medio millón de mujeres son violadas en el país al año. El mismo estudio denuncia la inacción policial en los casos de lesbianas atacadas: de los 38 casos que se conocen, sólo uno ha sido llevado a juicio. En el asesinato de Sizakele y Salomé la Policía negó el móvil homofóbico del crimen y practicaron unas cuantas detenciones, pero todos los sospechosos fueron puestos en libertad. Sizakele Sigasa, de 34 años y Salomé Masooa, de 23, habían expresado sólo días antes del crimen que se sentían amenazadas en su comunidad, que las discriminaba.
La persecución a las lesbianas en los guetos se convirtió en tema público con la muerte de Eudy Simelane, de 31 años. Su asesinato, en Johannesburgo, fue notorio puesto que ella formaba parte de Banyana Banyana, “las chicas”, como se conoce a la selección femenina de fútbol. Eudy era la más famosa. Pero también están Sibongile Mphelo, asesinada en una población cerca de Ciudad del Cabo justo delante de la comisaría de policía. Thokozane Qaze, de 23 años, cerca de Durban. Zoliswa Nkonyana, de 19 años, apedreada y golpeada hasta la muerte por un grupo de jóvenes en Khayelitsha, (Ciudad del Cabo).
Las ONG de derechos humanos y de defensa de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales reclaman mayor acción policial y discursos políticos que vayan más allá de las palabras en el país que se vanagloria con tener la legislación más progresista del mundo, “tenemos la ley, pero no los hechos”, dice Ludwig. ‘Senzeni na?’.
‘Khuteni?’ es una de las primeras obras representadas en Kwamlami, en el barrio de Gugulethu, uno de los guetos más antiguos de la zona. El local, una antigua taberna ilegal reconvertida —con ayuda del British Council—, pretende reactivar las actividades teatrales y culturales del área, una de las más vibrantes de la ciudad. Assista o vídeo!
fuente: ag magazine
1 comentário:
que embrulho na alma com essa história.
a dança delas desembrulhou.
Postar um comentário